"COMPARTE LO QUE
IMPORTA"
MANOS UNIDAS: CAMPAÑA 59 CONTRA EL
HAMBRE
Queridos hermanos:
La
realidad del hambre y la pobreza continúa siendo un azote permanente para
millones de personas en todo el mundo. Durante mucho tiempo se ha querido
atribuir este fenómeno a la escasez de recursos alimentarios, insuficientes –se
decía- para satisfacer las necesidades básicas de la población mundial.
Hoy
decimos que es un problema de distribución: Producimos alimentos más que
suficientes para satisfacer al conjunto del planeta, pero la injusta
distribución de los recursos de producción y consumo condena al hambre a más de
800 millones de personas.
Hay que decirlo abiertamente: Las causas del hambre se
encuentran, principalmente, en nuestro sistema socio-económico, en nuestro comportamiento y actitudes. A eso se añaden la
inestabilidad política, los conflictos bélicos y el cambio climático, todo ello
causado por los seres humanos. Coyunturalmente, en algunas zonas, las
catástrofes naturales, también pueden generar situaciones de hambre y
empobrecimiento.
La
FAO [Organización de la ONU para la Alimentación y Agricultura], aporta estos
datos:
·
815 millones de personas padecen hambre en el mundo, 11% más
que el año anterior. 520 millones en Asia, más de 243 millones en África y 42
millones en América Latina y el Caribe.
·
489 millones de personas que sufren hambre viven en países en
conflicto y 122 millones son niños menores de 5 años.
Además,
no podemos olvidar que el hambre no es sólo un problema de alimentos. Si
consideramos, también, el hambre de salud, de educación, de libertad, etc., tirando
por lo bajo, las cifras anteriores se multiplican por cuatro. Todo lo que
atenta contra los Derechos Humanos fundamentales genera pobreza y sufrimiento.
Como nos recordaba el Papa Francisco, en su Mensaje con
motivo de la 1ª Jornada Mundial de los Pobres, "la pobreza nos desafía
todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la
opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la
privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo,
por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la
esclavitud, el exilio y la miseria y por la migración forzada. La pobreza tiene
el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses,
pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero. Qué lista inacabable y
cruel nos resulta cuando consideramos la pobreza como fruto de la injusticia
social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia
generalizada" (n. 5).