SE INICIARÁ EN SEPTIEMBRE EL SERVICIO DE ACOMPAÑAMIENTO EN EL DUELO
Orientación al Matrimonio, la
Familia y la Infancia
(Cof2000)
Servicio de
Acompañamiento en el Duelo
Ayudar y apoyar humanamente a las personas que han
perdido un ser querido a través del acompañamiento por parte de voluntarios y
colaboradores, algunos de los cuales han pasado por las mismas experiencias.
¿Que ofrecemos?
Acompañamiento individual:
Seguimiento
personalizado según las necesidades
Acompañamiento colectivo:
Seguimiento mediante
grupos de ayuda mutua.
Los seres humanos establecemos
diferentes lazos afectivos a lo largo de nuestras vidas. Cuanto mayor es
la cercanía emocional, más intensas y variables son las reacciones que se
producen ante la pérdida. Estas reacciones forman parte del proceso de duelo, a
través del cual la persona expresa sus sentimientos, logra aceptar la pérdida y
puede restablecerse para continuar viviendo tras la ausencia de un ser querido.
orientacionfamiliarcof2000@gmail.com / Teléfono: 637222821
EL DUELO NO ES UNA ENFERMEDAD
La pérdida del ser querido es
psicológicamente tan dura como herirse gravemente lo es en el plano
fisiológico. Tras sufrir una herida, si se tiene cuidado en el proceso de
curación, se puede recuperar el funcionamiento de la zona afectada. Pero hay
personas que no cuidan las recomendaciones para su salud y la curación es
inadecuada, pudiendo dejar secuelas.
Del mismo modo, tras una herida
emocional producida por una pérdida, se necesita un periodo de tiempo para que
la persona en duelo vuelva a un
estado de equilibrio y, para asegurar la curación; la persona tendrá
que realizar una serie de tareas que le aseguren un restablecimiento adecuado.
¿CUÁLES SON LAS REACCIONES HABITUALES DURANTE EL DUELO?
Es frecuente que las personas
busquen asistencia sanitaria tras una pérdida pero, en muchos casos, no se dan cuenta
de que por debajo de su malestar físico hay un duelo no completado.
Algunos de los síntomas que se pueden presentar en el proceso de duelo son:
- Sentimientos: tristeza, culpa, enfado, ansiedad, soledad, fatiga, impotencia, anhelo, emancipación, alivio, insensibilidad.
- Sensaciones físicas: vacío de estómago, opresión en el pecho y/o en la garganta, hipersensibilidad al ruido, sensación de despersonalización, falta de aire, debilidad muscular, falta de energía, sequedad de boca.
- Pensamientos: confusión, preocupación, sensación de presencia, incredulidad.
- Comportamientos: alteraciones del sueño, de la alimentación, conducta distraída, aislamiento social, sueños con temática de muerte o con el fallecido, evitar recuerdos del fallecido, buscar y llamar en voz alta, visitar lugares que traen recuerdos, atesorar objetos del fallecido.
El duelo se experimenta de
múltiples formas y a diferentes ritmos; es un proceso muy personal.
LAS CUATRO TAREAS DEL DUELO
1. Aceptar la realidad de la pérdida. Cuando alguien muere, incluso si la pérdida es
esperada, suele haber sensación de que no es real. Muchas personas se
encuentran a sí mismas llamando en voz alta a la persona ausente, o le confunde
con otros/as de su entorno, o les parece verle por la calle. Algunos/as se
quedan con la sensación de que no es real lo que ha ocurrido y se
bloquean. Llegar a aceptar la realidad de la pérdida lleva tiempo porque
implica una aceptación intelectual y emocional. La primera tarea de duelo es
afrontar plenamente la realidad de que la persona está muerta, que se ha
marchado y no volverá. Parte de la aceptación es asumir que el reencuentro es
imposible, al menos en esta vida. Los rituales tradicionales, como el
funeral, ayudan a muchas personas a encaminarse hacia la aceptación.
2. Trabajar las emociones y el dolor de la
pérdida. No todo el mundo experimenta el dolor con la misma
intensidad ni de la misma forma. La realización de esta tarea puede verse
dificultada por la interacción con los demás, que con su buena intención nos
dicen: “No necesitas elaborarlo. Tienes
que distraerte”, o por uno/a mismo/a, que cree que no necesita elaborar sus
sentimientos o emociones y utilizan estrategias como el bloqueo de los
sentimientos, evitar pensamientos dolorosos, procurar estimular sólo
sentimientos agradables, idealizar al muerto, evitar las cosas que le recuerdan
a él, viajar o ingerir sustancias para no pensar ni sentir… Antes o después
habrá que afrontar los sentimientos que nos provoca la pérdida porque es la
única forma en la que el dolor no se arrastre a lo largo de la vida.
3. Adaptarse a un medio en el que el
fallecido está ausente. Cuesta un periodo de tiempo darse cuenta de cómo se vive sin la otra
persona, ya que el superviviente no es consciente en el momento de la pérdida
de todos los roles que desempeñaba el/la fallecido/a. Hay personas que se
resienten por tener que desarrollar nuevas habilidades y asumir roles que antes
desempeñaba el/la otro/a. Algunas pueden verse inútiles o incapaces y llegan a
cuestionarse su eficacia personal. Sin embargo, con el tiempo y la reflexión,
estas imágenes negativas dan paso a otras más positivas y los supervivientes
son capaces de continuar con sus tareas y aprender nuevas formas de enfrentarse
al mundo.
4. Recolocar emocionalmente al fallecido/a y continuar
viviendo. La disponibilidad de un
superviviente para empezar nuevas relaciones depende de no renunciar a la
persona fallecida sino de encontrarle un lugar apropiado en su vida
psicológica, importante pero que deja espacio para los demás. Para muchas
personas esta tarea es la más difícil de completar pero se puede cumplir, ya
que existen otras formas de amar y eso no significa que se deje de querer a la
persona fallecida o que se pierdan sus recuerdos.
¿CUÁNDO TERMINA EL DUELO?
Según algunos autores el duelo
acaba cuando la persona ya no necesita reactivar el recuerdo del fallecido con
una intensidad exagerada en el curso de la vida diaria. También puede
considerarse terminado cuando se han completado las cuatro tareas. Un punto de referencia
puede ser que la persona sea capaz de pensar en el fallecido sin sentir dolor,
sin manifestaciones físicas como llanto o sensación de opresión en el pecho.
Siempre hay una sensación de tristeza cuando piensas en alguien que has querido
y has perdido, pero es una tristeza diferente. Otra señal es cuando la persona
puede volver a invertir sus emociones en la vida, con los vivos. El duelo
es un proceso largo y su culminación no será un estado como el que se
tenía antes de la pérdida.
¿QUÉ ES EL ASESORAMIENTO Y LA TERAPIA EN EL DUELO?
Mientras que muchas personas son
capaces de afrontar la pérdida y realizar las cuatro tareas del duelo sin
ayuda, otras pueden tener dificultades. El asesoramiento y la terapia ante el
duelo son una alternativa que tiene el fin de facilitar dicho proceso.
El asesoramiento consiste en ayudar
a que las personas realicen las cuatro tareas del duelo en un marco temporal
razonable.
La terapia psicológica se encarga
de ayudar a las personas en el proceso cuando el duelo es más complicado.
Cada vez son más las personas que
buscan servicios de acompañamiento en el duelo para la realización de un duelo
sano y en el Cof2000 podemos ayudarte.
Dirección:
Centro de Orientación Familiar
Edificio del Seminario Diocesano
Camino Real de La Verdellada, nº 1
38207 – San Cristóbal de La Laguna –
Tenerife
***
http://cof2000.blogspot.com/
orientaciónfamiliarcof2000@gmail.com
Teléfono: +34 637222821
Con la colaboración de Delegación diocesana de Pastoral de la
Salud
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