Vivir el verano con personas que sufren Alzheimer. Un hermoso testimonio
Eugenio se prepara para ir al pueblo con su familia. Natural de la provincia de Valladolid, posee en su tierra natal una casita con un pequeño huerto, en el que ha plantado algunas hortalizas propias de la zona. "Voy a ver a mi hermana, que vive allí, e iré con mi mujer", asegura, contento, "me espera la tierra, mi familia y el buen tiempo".
Como Eugenio, más de 650.000 personas sufren Alzheimer en España. Muchas de ellas dejarán su rutina habitual para pasar unos días estivales junto a muchas personas queridas. Con el fin de evitar la desorientación, posibles cambios de humor, o el desasosiego del mayor que sufre demencia, dos expertas en Alzheimer del Hospital Centro de Cuidados LAGUNA nos facilitan algunos consejos prácticos.
Organizar y planificar es clave
"Antes de nada, lo primero que debemos pensar es dónde vamos a ir. Conviene que sea un lugar conocido, que evoque en el mayor recuerdos de su infancia, de su adolescencia", destacaba Manuela Díaz Romero, Coordinadora de Dinámicas Socioeducativas de LAGUNA. "Dado que la memoria a largo plazo es la última que se pierde, puede ser una muy buena ocasión para practicar la reminiscencia: pasear por lugares conocidos que sean significativos para el mayor", explica la experta.
En este sentido, playa o montaña no es lo más relevante. "Lo más importante es que sea un sitio en el que el mayor se sienta cómodo, seguro, y que no resulte desconocido para él". La experta recomienda también evitar lugares muy masificados, como playas multitudinarias, especialmente en los meses de más calor.
En segundo lugar, es muy importante pautar una rutina desde el principio. "Es fundamental que mantenga unos hábitos constantes, para que no caiga en la desorientación espacial o temporal", explica a su vez Laura de la Higuera, Terapeuta Ocupacional de LAGUNA. "Levantarse a hora fija, mantener el horario de las comidas, llevar a cabo actividades de Vida Diaria, pueden ser de gran utilidad".
En este sentido, la experta anima también a las familias a llevar a cabo labores que mantengan autónomos a los mayores. "Actividades como leer el periódico, poner la mesa, pasear acompañados, tender la ropa o ayudar a hacer la comida, con constancia y a hora fija, les servirán de distracción, y al mismo tiempo, fomentarán su autonomía", destacaba.
En lo referente al cuidador que le acompañe en sus vacaciones, conviene que sea el principal, con el que el mayor tiene trato frecuente. "En caso de tener que cambiar de cuidador, conviene que sea alguien conocido del mayor, o si no, presentárselo tres o cuatro semanas antes de salir, para que pueda reconocerlo", destacaba Manuela Díaz.
La figura del cuidador acompañante, sea familiar o no, puede ser de gran importancia también para que el cuidador principal pueda descansar. "Es necesario evitar la sobrecarga del cuidador, y por ello, hay que pautar momentos de descanso, en el que el que el cuidador pueda dejar al mayor que sufre demencia con alguien, y descansar".
Hidratar, proteger y ejercitar
"Otra cosa fundamental es hidratar al mayor. Con frecuencia, ellos no son capaces de expresar que tienen sed, pero es importante que en verano beban bastante agua", aseguraba Laura de la Higuera. En este sentido, también destacó la importancia de laprotección y la hidratación conveniente de la piel empleando crema protectora e hidratante de acuerdo con su rango de piel .
"El verano es también un buen momento para ir a la piscina con ellos. El agua es un medio en el que no hay gravedad, por lo que se puede practicar cierto ejercicio suave sin forzar las articulaciones, y es muy bueno aprovechar esta circunstancia", destacaba De la Higuera, resaltando también la importancia de que la piscina esté convenientemente habilitada, el mayor pueda ponerse de pie en toda su superficie, y esté en todo momento acompañado por alguien.
Las últimas horas del día son buenas para practicar ejercicio físico ligero. "Conviene evitar las horas del día en las que hace más calor, pero la última hora de la tarde es buen momento para pasear o hacer ejercicio suave, con el fin de evitar el anquilosamiento", aseguraba Laura, que también destacó la importancia de cuidar la alimentación para evitar que el mayor pueda coger peso, y eso le reste agilidad y autonomía física.
"El tiempo vacacional depende mucho de cada mayor, pero no recomiendo estar fuera de la residencia habitual más de dos meses" explicaba Manuela Díaz Romero. "Lo cierto es que, con algunas pautas básicas, la época estival puede ser un muy buen momento para reforzar las terapias que reciben durante el año".
Como Eugenio, más de 650.000 personas sufren Alzheimer en España. Muchas de ellas dejarán su rutina habitual para pasar unos días estivales junto a muchas personas queridas. Con el fin de evitar la desorientación, posibles cambios de humor, o el desasosiego del mayor que sufre demencia, dos expertas en Alzheimer del Hospital Centro de Cuidados LAGUNA nos facilitan algunos consejos prácticos.
Organizar y planificar es clave
"Antes de nada, lo primero que debemos pensar es dónde vamos a ir. Conviene que sea un lugar conocido, que evoque en el mayor recuerdos de su infancia, de su adolescencia", destacaba Manuela Díaz Romero, Coordinadora de Dinámicas Socioeducativas de LAGUNA. "Dado que la memoria a largo plazo es la última que se pierde, puede ser una muy buena ocasión para practicar la reminiscencia: pasear por lugares conocidos que sean significativos para el mayor", explica la experta.
En este sentido, playa o montaña no es lo más relevante. "Lo más importante es que sea un sitio en el que el mayor se sienta cómodo, seguro, y que no resulte desconocido para él". La experta recomienda también evitar lugares muy masificados, como playas multitudinarias, especialmente en los meses de más calor.
En segundo lugar, es muy importante pautar una rutina desde el principio. "Es fundamental que mantenga unos hábitos constantes, para que no caiga en la desorientación espacial o temporal", explica a su vez Laura de la Higuera, Terapeuta Ocupacional de LAGUNA. "Levantarse a hora fija, mantener el horario de las comidas, llevar a cabo actividades de Vida Diaria, pueden ser de gran utilidad".
En este sentido, la experta anima también a las familias a llevar a cabo labores que mantengan autónomos a los mayores. "Actividades como leer el periódico, poner la mesa, pasear acompañados, tender la ropa o ayudar a hacer la comida, con constancia y a hora fija, les servirán de distracción, y al mismo tiempo, fomentarán su autonomía", destacaba.
En lo referente al cuidador que le acompañe en sus vacaciones, conviene que sea el principal, con el que el mayor tiene trato frecuente. "En caso de tener que cambiar de cuidador, conviene que sea alguien conocido del mayor, o si no, presentárselo tres o cuatro semanas antes de salir, para que pueda reconocerlo", destacaba Manuela Díaz.
La figura del cuidador acompañante, sea familiar o no, puede ser de gran importancia también para que el cuidador principal pueda descansar. "Es necesario evitar la sobrecarga del cuidador, y por ello, hay que pautar momentos de descanso, en el que el que el cuidador pueda dejar al mayor que sufre demencia con alguien, y descansar".
Hidratar, proteger y ejercitar
"Otra cosa fundamental es hidratar al mayor. Con frecuencia, ellos no son capaces de expresar que tienen sed, pero es importante que en verano beban bastante agua", aseguraba Laura de la Higuera. En este sentido, también destacó la importancia de laprotección y la hidratación conveniente de la piel empleando crema protectora e hidratante de acuerdo con su rango de piel .
"El verano es también un buen momento para ir a la piscina con ellos. El agua es un medio en el que no hay gravedad, por lo que se puede practicar cierto ejercicio suave sin forzar las articulaciones, y es muy bueno aprovechar esta circunstancia", destacaba De la Higuera, resaltando también la importancia de que la piscina esté convenientemente habilitada, el mayor pueda ponerse de pie en toda su superficie, y esté en todo momento acompañado por alguien.
Las últimas horas del día son buenas para practicar ejercicio físico ligero. "Conviene evitar las horas del día en las que hace más calor, pero la última hora de la tarde es buen momento para pasear o hacer ejercicio suave, con el fin de evitar el anquilosamiento", aseguraba Laura, que también destacó la importancia de cuidar la alimentación para evitar que el mayor pueda coger peso, y eso le reste agilidad y autonomía física.
"El tiempo vacacional depende mucho de cada mayor, pero no recomiendo estar fuera de la residencia habitual más de dos meses" explicaba Manuela Díaz Romero. "Lo cierto es que, con algunas pautas básicas, la época estival puede ser un muy buen momento para reforzar las terapias que reciben durante el año".
Fuente: http://www.lagunacuida.org/?Modulo=noticias&Id=211&Titulo=Tema-De-Fondo--Vivir-El-Verano-Con-Personas-Que-Sufren-Alzheimer
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