La comunicación gestual de los bebés

El bebé es capaz de expresar algunas reacciones afectivas en situaciones o estímulos que le afectan. Podemos llegar a entender qué nos quieren decir a través de sus gestos y reacciones. Como la mayoría de los animales, el ser humano tiene la capacidad de comunicarse con los demás, si bien en este caso el proceso es más complejo. Pero el proceso de aprendizaje del lenguaje requiere un periodo de tiempo prolongado. Sin embargo, mucho antes de adquirir esta capacidad, el bebé ya dispone de un sistema de comunicación.

En la comunicación no verbal, el rostro desempeña un destacado papel. De hecho, la cara es la manifestación externa más evidente de una persona, y sus gestos son uno de los principales sistemas de comunicación emocional. La musculatura de la cara permite multitud de combinaciones, que junto a los movimientos de ojos, cejas y nariz generan una gran riqueza simbólica. Si además añadimos sonidos, obtenemos una completa comunicación de las experiencias afectivas.

El bebé es capaz de transmitir algunas reacciones ante ciertos estímulos. Las más comunes son las reacciones de placer, de asco, de ira, de miedo y de dolor. Mientras que el placer y el asco tienen una expresión diferenciada en el recién nacido, la forma de transmitir dolor, miedo o irritación por parte del bebé es a través del llanto, una forma de expresarse similar a pesar de que se trata de experiencias diferentes y que requieren acciones distintas por parte de los padres o cuidadores.

Es precisamente durante el primer año de vida cuando el bebé necesita más a los demás debido a que está más indefenso. Por ello se estudia el funcionamiento de los sistemas de comunicación en neonatos.

El desarrollo emocionalUn bebé no nace con su repertorio de emociones al completo, si no que tiene que desarrollarlas a través de un proceso de maduración y aprendizaje. No es así en el caso de dar respuesta a un estímulo doloroso, ya que el bebé ya nace con el sistema nociceptivo maduro.

Todos los estudios de las emociones en niños indican que su desarrollo se debe tanto a procesos de maduración como de aprendizaje, y sin la confluencia de ambos no sería posible un desarrollo emocional completo.

A raíz del aprendizaje del bebé, las emociones van siendo cada vez más complejas y elaboradas. Entre los dos y tres años, la maduración permite que el niño tome consciencia de su identidad personal, y a partir de ese momento puede empezar a tener emociones sobre sí mismo como la envidia, la empatía o la vergüenza.
Fuente: http://www.todoparalafamilia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1969:la-comunicacion-gestual-de-los-bebes&catid=2:padreshijos&Itemid=5

Comentarios

  1. Llegué aquí por casualidad y me pareció muy interesante.

    Saludos

    Carolus

    http://www.elartedelaestrategia.com/lenguaje_corporal.html

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