viernes, 9 de noviembre de 2012

Mi hijo no me obedece: ¿qué hacer?

En el último artículo estuvimos hablando sobre las razones o motivos principales por los que los preescolares (niños de 2 a 5 años) no suelen hacer caso o desobedecer lo que les decimos.

Vimos como la falta de capacidad para recordar varias instrucciones podía ser un motivo; otra causa puede encontrase en la necesidad de autonomía y su lucha por el control de sus acciones y, por último, vimos también cómo una excesiva cantidad de normas y "nos" pueden acabar por ser contraproducentes.

En el artículo de hoy veremos algunas sugerencias para gestionar la falta de obediencia, qué hacer para que nuestros hijos hagan más caso a lo que les pedimos que hagan y no estemos todo el día con el "no" en la boca.

1. Hablarle con explicaciones e instrucciones simples y claras.Cuando le pidamos algo a nuestro hijo debemos ser lo más claros y concretos que nos sea posible. De este modo, con instrucciones claras y simples, le resultará más fácil poder seguirlas y sabrá lo que queremos y esperamos de él.

Podemos, además, explicarle cómo debe hacer lo que le pedimos, y darle sugerencias para que vaya mejorando, eso sí, sin criticarle.

Por ejemplo, es más acertado decirle: "Es hora de guardar los juguetes. Guarda todas las piezas en su caja" en lugar de "Ya sabes que es la hora de recoger,¿por qué no recoges nunca sin que yo deba estar detrás tuyo?".

2. Elogiarle.No nos olvidemos de este gran potenciador que es el elogio. Debemos elogiar a nuestros hijos siempre que nos hayan hecho caso, de este modo reforzamos la conducta de obedecer y les estamos enseñando también que apreciamos su esfuerzo, un "Gracias por haber hecho le que te he pedido" hace maravillas.

Elogiar los progresos es un modo de animarle a progresar, un modo de decirle y demostrarle que sabemos que lo está intentando. Por pequeño que sea el avance es muy recomendable elogiarle con una frase concreta como puede ser: "Muy bien, veo que ya has empezado a recoger".

3. Utilizar tablas de incentivos.Podemos utilizar tablas de incentivos, como las que se han publicado en el blog, para motivarles a realizar ciertas conductas que vamos instaurando y con las que todavía tienen cierta dificultad para realizar o obedecernos cuando les pedimos que las hagan, como recoger los juguetes, lavarse las manos, los dientes, vestirse solo, ....

4. Contar hasta tres.Esta es una vieja técnica, infalible diría yo. Es el clásico "cuento hasta 3 y si no ..."

Podemos establecer esta norma, enseñarle que debe empezar a hacer una tarea antes de que contemos hasta 3.

Por ejemplo podemos decirle "Es hora de recoger los juguetes, vamos a empezar a recoger 1 ..... 2 ..... 3" . El objetivo es que empiece antes de llegar a 3.

5. Utilizar la cuenta atrás.
Viene a ser una técnica muy parecida a la anterior pero en este caso, el modo de aplicarlo es estableciendo una cuenta atrás desde 5, por ejemplo.

6. La regla de la abuela.
Es más probable que una conducta se realice cuando se sabe que después de ella viene algo agradable. El ejemplo es este: "Cuando hayas recogido tus juguetes podrás ver un rato los dibujos" o "Después de lavarte las manos vamos a comer".

7. Practicar, practicar y practicar!!!Si vemos que nuestro hijo sigue y sigue sin obedecernos, debemos averiguar hasta dónde es capaz de seguir nuestras instrucciones, es decir, si es que todavía no puede hacer lo que le pedimos o bien si sencillamente no quiere hacerlo. En caso que sea perfectamente capaz de seguir nuestras instrucciones y sencillamente se niega a realizarlas, nos llenaremos de paciencia y sin perder los estribos le podemos decir: "Siento mucho que no hagas lo que te pido, ahora practicaremos cómo debes hacerlo". Practicaremos de 3 a 5 veces la tarea y por último les daremos la oportunidad de que la hagan solos. Si persiste en la negativa, continuaremos practicando y le diremos que cuando acabemos de practicar tal vez podrá ver los dibujos o jugar.

8. No decaer, no tirar la toalla, no nos demos por vencidos.Cuando nuestro hijo no nos hace caso, es muy fácil tirar la toalla y decir "es que ya lo he probado todo y sigue sin obedecerme, no me hace caso haga lo que haga,..."

Nuestro discurso interno debe ser otro, algo así como " Ya se que mi hijo no quiere hacer lo que le pido, pero yo se qué es lo mejor para él. Necesito enseñarle dándole instrucciones más claras y sencillas, a la larga él sabrá y podrá hacer las cosas por sí mismo".

9. Enseñar en lugar de castigar.Evitemos, en la medida que nos sea posible, castigar la desobediencia ya que es mejor enseñarle a obedecer, es decir, enseñarle cómo debe hacer las cosas. De este modo nos centramos en el aprendizaje y no en los fracasos de nuestro hijo, evitando lastimar su autoestima.Fuente: http://mamapsicologain.visibli.com/share/k2rAT7

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