sábado, 18 de mayo de 2013

Patricio García Ramos: "Pensamientos (I)"


Patricio García Ramos
Cuando empezamos a ver la vida, no en referencia a lo pasado sino en lo que nos queda por vivir, podemos decir que hemos llegado a la madurez.

En, este análisis, se puede producir ciertos momentos de crisis motivados por la soledad y porque reparamos en que ya no somos los mismos mentalmente y corporalmente. Unas preguntas rondan en el meollo de esta crisis: ¿Ha valido la pena mi vida?, ¿Si volviera atrás qué cosas habría de corregir?, ¿Qué necesito reforzar de mi vida actual para llevar la alegría a los que me rodean?,......... Empezamos a recordar a personas que pasaron por nuestra vida. Algunas de ellas con especial énfasis y cariño. De estas, sin darnos cuenta llegamos a la conclusión de que tienen algo en común: La humildad y la sencillez; lo que les llevaba a ser valoradas, queridas y escuchadas. Eran ejemplo para los demás.

¿Por qué entonces hay en nuestra vida tanto orgullo, vanidad…¡soberbia!………, por qué tanta intransigencia, recelo y falta de escucha cuando el otro trata de corregirme para mi bien o de darnos a conocer sus sentimientos?.

Seamos nosotros primero humildes para transmitirlo a los demás y encontrarnos a nosotros mismos. Necesitamos encontrarnos, mirarnos a nuestro interior y reflexionar sobre nuestra vida. Y es que, ante las rémoras, que las preocupaciones dejan en nosotros, consideramos una tontería (¿miedo?) reflejarnos en nuestro propio espejo. Nuestra excusa: ¡No podemos perder tiempo, tenemos tanto que hacer!.

Eso sí, al cuerpo le dedicamos todo el tiempo posible en el aseo, dietas, gimnasio, ruta del colesterol…,¡ y eso está bien!. Es recomendable. ¿Pero la higiene de tu interior, el de tu espíritu?.

Cuerpo y espíritu constituyen a la persona ¿no crees?.

Ya he escrito que, una de las claves para el cuidado de tu espíritu es la humildad, Permíteme añadir otro aspecto: El Amor.

Siempre tiene que haber una mirada, una palabra, un gesto…, que nos lleve al encuentro y cercanía con los que nos rodean porque, a través de ellos, nos encontraremos con nosotros mimos.

Que cuando alguien se acerque a tí, encuentre tus brazos abiertos; si te pide un poco de tu tiempo, tú, no tengas prisa en despedirlo; si te invita a caminar un km., tú acompases tus pasos a los de él……,

Cuando somos generosos, bondadosos, serviciales, abnegados…., la alegría brota con nuestra sola presencia: somos ejemplo de estabilidad y de dar sentido a nuestra vida para superar los momentos “bajos” que nos puedan afectar. ¿No lo crees?.

Claro que hay quienes para el “saber vivir” es: acaparar, dominar y sacar partido a todo…, marcar los tiempos a tener en cuenta y llevar los ritmos de los otros. Personas que, sedientas, tratan de beber un vaso de agua, con tal ansia, que se atragantan y, casi desesperados, no aprecian el frescor y deleite del preciado líquido.

Tú saber vivir tiene más sentido en el goce del darse, que con el de poseer; con el disfrutar de los momentos vividos, que con la locura del quererlo todo; con la alegría compartida, que con la risa estridente y sarcástica.

Para vivir bien tu vida, tienes que repartirla conscientemente, a trocitos, con los demás. HUMILDAD Y AMOR: Tú decides, pero no eches la culpa a los otros de tus males y si el bien de tu felicidad. Un saludo.

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