Patricio García Ramos: Pensamientos (VI)


Inherente a toda persona, que vive su vida como ente social, está la responsabilidad ante el compromiso.

Responsabilidad que se inicia consigo mismo (individual) para proyectarse en los demás (social).

Me paso a pensar en el gran compromiso-responsabilidad de los padres que comienza desde la concepción del hijo; que si bien, de siempre, ha tenido importancia en el bienestar de la familia; hoy en día es necesario revitalizarla porque se está haciendo demasiado frecuentes las noticias en las que se dan a conocer el abandono, por parte de los padres, de su responsabilidad-compromiso dejando marcas indelebles en los hijos.

Indudablemente la crisis económica que vive la sociedad actual está influyendo en este sentido, pero, en mi opinión, la crisis personal de valores ético-morales es causa que incide de manera importante en la falta de responsabilidad dentro del núcleo familiar.

Núcleo familiar en el que se vive con corazones rotos, donde las ilusiones se han hecho añicos; en la que la paz, amor y justicia penden de “un hilo” quebradizo en cuanto que soportan el peso del capricho, egoísmo, vanidad, comprado en el “supermercado de la sinrazón”.

¿Crees que me he puesto triste o fatídico?.

No lo creas, porque he de decirte que también miro a mi alrededor y me encuentro rodeado de panoramas muy positivos derivados de familias que son auténticos modelos de convivencia, y apoyo entre sus miembros, proyectando su ejemplo a los demás a pesar de las dificultades que surgen.

Personalmente me rodea mi esposa, hijos y nietos; mis compañeros del Centro de Orientación COF 2000, de amigos del Movimiento de Familias y otros de los que me ha surtido la vida que hacen gozoso mi vivir a pesar de los sinsabores que, por una u otra razón, también forman parte de mi acontecer diario. Por todo ello doy gracias a Dios.

Pero también es bueno percibir aquello que no me gusta para tratar de no incorporarlo a mi vida y que me lleve al deseo de que aflore ganas de mejorar afirmando el lado bueno que todos tenemos.

Vivir la familia desde la responsabilidad, con respeto, diálogo, sacrificio, acogida….

CON LA ALEGRÍA DE LA DONACIÓN Y LA SENCILLEZ DE NUESTRO MIRAR, EN EL GOCE DE LA PATERNIDAD, FORMEMOS BANDERA ANTE LA ANSIEDAD, DESAPEGOS Y OLVIDOS.

Dejémonos de arrogancias, del superhéroe YO y bajemos al terreno de lo que realmente somos.

Veamos lo que nos dice S. Pablo:

· Corintios 3,20-21: Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que esto es grato en el Señor. Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, porque no se hagan pusilánimes.

Y en

· Corintios 3,13-14: Soportándoos y perdonándoos mutuamente siempre que alguno diere a otro motivo de queja. Como el Señor os perdonó, así también perdonaos vosotros. Pero por encima de todo esto, vestíos de la caridad, que es vínculo de perfección.

Cuando escribimos paternidad responsable, parece entrever que la responsabilidad es sólo del padre. Paternidad y Maternidad están unidos en el amor y por tanto forman unidad. Su misión está confirmada y asentada en esa unidad. De ahí los problemas que se originan cuando esa unidad se rompe y se asienta, desgraciadamente, en una sola persona. Aquí es digno de mencionar el esfuerzo notable de muchos progenitores que realizan, responsablemente, su misión de PADRE-MADRE de forma individual por ausencia del otro (viudez, madres solteras, ausencia prolongada del hogar….). Para todos ellos mi admiración, aliento y cariño por el sacrificio y valor que supone la asunción del compromiso maternidad-paternidad en soledad. Vivamos la paternidad en su trinidad: Padre-Amor-Madre para que se haga realidad en los hijos. Que habrá que vencer dificultades, sinsabores y preocupaciones ¡claro que sí!. No somos ángeles. Pero también habrá días de gloria y la luz hará claridad para recorrer el camino y no caer en las tinieblas. Ánimo.

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